Nuestro organismo tiene fantásticos sistemas y estrategias de limpieza y depuración de sustancias tóxicas: el sudor, las lagrimas, los estornudos, la orina, etcetera.
Enfermedades como las alergias respiratorias y de piel, la artritis y la fibromialgia, entre otras, son consecuencia de organismos saturados por sustancias tóxicas que no han sido eliminadas.
Hígado, Pulmones, Riñones e Intestino son los órganos encargados de clasificar y expulsar aquello que, si se queda dentro, nos enferma. Por eso, desde mi visión de la salud es fundamental favorecer su buen funcionamiento.
Tanto al finalizar el invierno o el verano, estaciones de festividad en las que hemos abusado de la comida, la bebida y las emociones, nuestro hígado está sobre cargado y trabajando con esfuerzo para eliminar.
Nos quedan por delante 2 estaciones de cambio, primavera y otoño, que llegan cargadas con los alergenos propios de cada estación. Si nuestro hígado llega saturado las alergias, los resfriados, los dolores articulares y otro tipo de enfermedades que son consecuencia de la sobrecarga de los órganos depurativos, serán más intensas.
Es muy frecuente que las personas se sometan a limpiezas hepáticas. Considero que este tratamiento es útil simpre y cuando se haga bajo supervisión y orientación de un profesional que conozca tu estado de salud y que te indique el momento adecuado para hacerlo.
Mi propuesta, para personas sanas, que se sienten sobrecargadas, con digestiones lentas y pesadas, dolor de cabeza frecuente y con falta de energía y concentración, es iniciar una rutina que resumo en 7 pasos:
1. Iniciar o mantener el ejercicio físico a diario, pues con ello se activa la circulación y se favorece la eliminación de tóxicos. ¡Hay que sudar!
2. Dormir lo suficiente.
3. Suspender el consumo de licor y aumentar el de infusiones o zumos con propiedades depurativas. Para ello combine cardo mariano, diente de león, boldo, remolacha, apio y zanahoria.
4. Comer menos e incluir en ensaladas o caldos alcachofas, endivia, escarola, rúcula, apio, rábano, cebolla, remolacha roja y perejil. ¡Comer cada día una ensalada y un caldo vegetal!
5. Incrementar el consumo de productos frescos e incluir cereales integrales como el arroz, la quínoa, el amaranto, la cebada, el centeno y el trigo sarraceno.
6. Emociones como la ira y el rencor interrumpen el buen funcionamiento del hígado, resolverlas, dejarlas ir, alivian la pesada carga que le implican.
7. Recuerde que el abuso de fármacos y tabaco entorpecen el funcionamiento del hígado.